Telescopio Espacial James Webb. Foto: Europa Press


El lanzamiento del telescopio espacial James Webb desde Kurú (Guayana Francesa), aplazado en varias ocasiones, fue confirmado para el 25 de diciembre por la Agencia Europea Espacial (ESA), Arianespace y la Nasa el miércoles.

Su despegue debería producirse "lo más pronto posible en una ventana de lanzamiento que comienza a las 12h20 GMT", indicó la ESA en Twitter.

La Nasa afirmó que la ventana de tiro sería de 32 minutos.

El lanzamiento del James Webb (JWST, en inglés), el telescopio más grande y potente jamás diseñado, fue aplazado en tres ocasiones desde que llegó a Kurú, Guayana Francesa, en octubre.

La primera vez fue por un incidente durante los preparativos del telescopio al final de noviembre, y la segunda por un problema de comunicación con el sistema en el suelo.

El martes, "las malas condiciones meteorológicas" provocaron un nuevo retraso, declaró la Nasa en un comunicado.

El JWST fue construido en Estados Unidos bajo la dirección de la NASA, e incorpora instrumentos de la Agencia Espacial Europea (ESA) y canadiense (CSA).

Permitirá la exploración de las primeras edades del universo, así como la evolución de las galaxias o las características de los exoplanetas.

Ilustración del telescopio en el espacio. Europa Press


En los seis meses siguientes al lanzamiento, el equipo del Instituto de Ciencias del Telescopio Espacial monitorearán el telescopio las 24 horas, haciendo pequeños ajustes para garantizar su perfecto calibrado para que astrónomos de todo el mundo exploren el universo.

Pero el momento crucial será al comienzo de la misión: el telescopio debe colocarse en una trayectoria precisa, mientras que al mismo tiempo despliega su enorme espejo y un parasol aún más grande. Una operación sumamente peligrosa.

"Al final de los 30 días, podré respirar aliviado si nos mantenemos según lo programado", dijo Rusty Whitman, gerente de ingeniería del sistema de operaciones de vuelo.

Whitman dirige el equipo de técnicos que instaló la sala de control del James Webb, un centro de alta tecnología con decenas de pantallas para monitorear y controlar el aparato espacial en tiempo real.

En la primera fila, una sola persona tendrá el poder de enviar comandos a la máquina valorada en 10.000 millones de dólares, que eventualmente se establecerá en una órbita a más de 1,5 millones de km de distancia.

En otros puestos, los ingenieros monitorearán sistemas específicos para detectar anomalías.

Después del lanzamiento, las operaciones del telescopio estarán en gran parte automatizadas, pero el equipo debe estar listo para manejar cualquier problema inesperado.

El telescopio funcionará prácticamente las 24 horas del día, los siete días de la semana, lo que solo deja 8.760 horas anuales para repartir entre los científicos que claman por su oportunidad para un descubrimiento revolucionario.

Agujeros negros, exoplanetas, cúmulos de estrellas: ¿cómo decidir cuál experimento tiene prioridad?

A fines de 2020, investigadores de todo el mundo presentaron más de 1.200 propuestas, de las cuales 400 fueron finalmente elegidas para el primer año de funcionamiento.